Ad Code

Responsive Advertisement

Reciente

6/recent/ticker-posts

Resolver y proponer problemas es cuestión de creatividad

    

 El propósito de este artículo es analizar de forma general que tan importante es para el niño resolver como  proponer problemas matemáticos.
     Como primera medida de todo maestro, es claro que se deben proponer problemas a los alumnos desde el área de matemáticas ya que la misma proporcionará herramientas para adquirir conocimientos en las otras áreas y desarrollar habilidades que el estudiante necesitará para la vida, idea que defiende Cuicas (1999) en la revista de investigación “Estrategias de enseñanza de la resolución de problemas matemáticos. Fundamentos teóricos y metodológicos” expresando: “En matemática la resolución de problemas juega un papel muy importante por sus innumerables aplicaciones tanto en la enseñanza como en la vida diaria”, claro está, habilidades que solamente se refuerzan a través de la praxis de y en los mismos, también la idea de que con ello, el alumno proponga quizás nuevas soluciones al problema; pues, como lo menciona Baroody (1994) al referirse al estudiante que comienza su escolaridad, este tiene: “… un bagaje de conocimientos matemáticos informales”, es decir, competencias desarrolladas en ambientes diferentes al escolar y los cuales constituirán un puente para adentrarse en la matemática formal que comienza a aprenderse en la escuela y no obstante, que el estudiante desarrolla pensamientos y habilidades en cuanto a la resolución  con dichos ejercicios; teniendo en cuenta que estos lo obligan a procesar información, descubrir y razonar; concepto que resume Vega Méndez (1992) definiendo la situación problema como : “aquella que exige que el que la resuelva comprometa en una forma intensa su actividad cognoscitiva” .

     Por otro lado está la importancia de que el educando cree sus propios problemas, acción que hará de él alguien crítico, lógico, analítico y con la capacidad de impregnar sus vivencias en los problemas que sin importar el ámbito, se le presenten, concepto por el cual es pertinente citar a Baroody (1994), el cual dice que “es más productivo trabajar en clase con problemas genuinos”  los cuales exigen un análisis detallado para definir la incógnita, identificar los datos necesarios y decidir la estrategia a seguir para llegar a la resolución, “la incógnita normalmente no está especificada” lo que exigirá hacer un análisis para captar con exactitud el objetivo del mismo, de manera que el estudiante tendrá que examinar cuidadosamente la información que debe desechar, los datos innecesarios e identificar lo realmente necesario y el que “…los estudiantes requieren pensar para elegir la estrategia de solución  más eficaz” pues, por sus características es muy factible aceptar que se aborden diferentes vías de solución. Obviamente, no olvidar que el alumno que crea su propio problema posiblemente estará pensando durante el proceso en la respuesta que le dará al mismo, cambiara ideas o retomara desde el inicio; todo ello con el fin inicial de resolver la situación fácilmente pero también para presentar al maestro un ejercicio válido. Esto nos lleva directamente a nombrar a Beyer (2000), el cual menciona que el alumno “…podrá realizar suposiciones e inferencias, si se le permite discutir sus conjeturas, argumentar, y por supuesto, equivocarse”, procesos que no solamente se dan en la resolución de problemas de este tipo.
     Por último es relevante que el maestro no se vuelva dependiente de una cartilla o un libro, pues esto traerá como consecuencia un estudiante que trabaje de forma mecánica y con ejercicios u actividades nulos de significado, dicho de otra forma, como señala Baroody (1994) cuando realmente se trabajan situaciones problemáticas, las mismas son extraídas de los libros en forma descontextualizada y por tanto, alejadas de cualquier significado para los alumnos, debido a que los mismos en nada se asemejan con la realidad en la que están inmersos. Y , abominable es para la educación cuando un docente considera un “verdadero problema” el trabajo que él realiza, las veces que sigue mediatizado por el estilo expositivo tradicional y como consecuencia de ello, la actividad pierde su esencia (Beyer, 2000).
      Entonces, si hacemos una analogía con la Acción – Reacción, es casi inimaginable las secuelas negativas o positivas que trae a un niño el convertirlo en un ser que resuelve cartillas mecánicamente  o una persona que desarrolla sus habilidades cognitivas a través del interés por el resolver y solucionar problemas de cualquier índole, a través de los problemas propuestos e imaginados el estudiante se verá impulsado a razonar, crear y descubrir para poder llegar a diversas soluciones y es muy importante tanto el papel del docente como aquella figura que se capacita para dar al estudiante las herramientas con las que obtendrá en el camino escolar, competencias matemáticas y sociales como el del estudiante, siendo este participe del proponer, portador de soluciones, interesado en el saber y uno de los agentes principales de la labor educativa.

-La esencia de las matemáticas no es hacer las cosas simples complicadas, sino hacer las cosas complicadas simples.-S. Gudder.

Jorge Eduardo Hernández Gómez
Estudiante del programa de Formación complementaria

Publicar un comentario

0 Comentarios

Ad Code

Responsive Advertisement